lunes, 9 de septiembre de 2013

EL JARDÍN DEL REY

El jardín del rey

Cuenta una historia que un rey fue hasta su jardín y descubrió que sus árboles, arbustos y flores se estaban muriendo.

El Roble le dijo que se moría porque no podía ser tan alto como el Pino. Volviéndose al Pino, lo halló caído porque no podía dar uvas como la Vid. Y la Vid se moría porque no podía florecer como la Rosa. La Rosa lloraba porque no podía ser alta y sólida como el Roble.

Entonces encontró una planta, una Fresa, floreciendo y más fresca que nunca. El rey, sorprendido, preguntó:

- ¿Cómo es que creces saludable en medio de este jardín marchito y sombrío?

- No lo sé, respondió la Fresa, quizás sea porque siempre supuse que cuando me plantaste, querías fresas. Si hubieras querido un Roble o una Rosa, los habrías plantado. En aquel momento me dije: “Intentaré ser Fresa de la mejor manera que pueda.”
Muchos de nosotros somos como los árboles y arbustos del jardín del rey, nos desanimamos y frustramos porque no somos o no tenemos todo lo que los demás poseen. No estamos satisfechos con nuestro físico, con nuestro trabajo, con nuestra familia, anhelamos los talentos de otros y sus posesiones. Olvidamos que Dios nos creó con un propósito. Cada uno posee las características físicas y talentos que Dios consideró eran necesarios para nosotros, para poder cumplir nuestra misión en la tierra.
No pases toda tu vida buscando ser otra persona, tu eres único y
especial y si pierdes de vista tu objetivo terminarás marchito como las plantas del jardín del rey y tu vida habrá sido sólo un paso por la tierra, no podrás dejar la huella que sólo tú puedes marcar.

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